Cuernavaca, Morelos.- A un año de la tragedia, la intervención de la sociedad  ha sido un "dique" que evitó que el daño del Paso Express fuera mayor entre los habitantes de Cuernavaca y todos los morelenses.

José Castillo Estrada, miembro del Consejo Cívico Ciudadano, hace una entrega del expediente que arma sobre la obra vial "más" importante en Morelos que el Gobierno federal realizó.

Entre sus conclusiones, señala que a 12 meses de los trabajos que fueron iniciados para remediar una cadena de omisiones, lo mejor que podría hacer la Secretaría de Comunicaciones y Transportes es terminar con los carriles confinados, por lo menos, en los tramos en lo que esto es posible.

A estas alturas, las autoridades ya debieron darse cuenta –y aceptar- que el proyecto es fallido.

Castillo Estrada sustenta lo anterior, señalando que sólo un 20 por ciento del tráfico vehicular que registra el Paso Express circula por los carriles confinados, el resto lo hace por los carriles exteriores, de ahí su planteamiento para que se ponga fin al confinamiento.

Al hacerlo, la SCT no sólo pondría fin al problema vehicular que el proyecto desencadenó en la zona metropolitana, sino acabaría con el riesgo de que la vía continué cobrando más vidas –ayer se registró la más reciente-.

Recordó que la cadena de omisiones y responsabilidades en la construcción empezó con la autorización de una idea que se asemejaba más a "un tobogán", que a una vía vial rápida de altas especificaciones, con un proyecto ejecutivo plagado de irregularidades.

A esto, lamentó, le siguió la ausencia de las autoridades estatales y municipales para defender el interés de la ciudadanía.

Ante dichas omisiones, destacó que gracias a la participación de la sociedad  los problemas se han resuelto de a uno, con remiendos y parches que, si bien no han servido para subsanar los errores técnicos de origen, han servido hacer que la convivencia con una obra "del absurdo" sea menos riesgosa.

Entre estos remiendos ennumeró los puentes peatonales, el puente vehicular de la avenida Palmira, las entradas y salidas a lo largo de los 14 kilómetros del Paso, y el viaducto sobre la barranca de Santocristo, así como los problemas de desagüe de aguas negras que nunca estuvieron en el cálculo de los "especialistas" involucrados de principio a fin en la obra.

Por: ANTONIETA SÁNCHEZ
antonieta.sanchez@diariodemorelos.com

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