El problema migratorio entre los Estados Unidos y México mantiene en delicado conflicto las relaciones de ambos gobiernos, cuya frontera a lo largo de más de 3,100 kilómetros en sus poblaciones limítrofes son espacios saturados de migrantes provenientes no sólo de diversos estados del País, que ahora huyen por las condiciones de abandono en que se encuentran pueblos y ciudades, por la inseguridad, falta de atención a servicios de salud, medicamentos, educación, fuentes de empleo y muchas más cuestiones por el estilo, tras la errática Administración Gubernamental Federal que nos mantiene en la incertidumbre de nuestro destino, a millones de mexicanos… Aparte de la migración nacional, está la proveniente de países centroamericanos como El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras y algunos sudamericanos como los de Ecuador, Venezuela y Perú, junto con los que proceden de países africanos y asiáticos como los de la India, China, Corea y otras latitudes, incluyendo a miles de Europeos que lamentablemente para México, han encontrado el caminito hasta la Frontera Norte donde por desgracia en muchos senderos de han quedado varados y decenas de miles se han esparcido por distintas latitudes de la República Mexicana… Son tantos migrantes por esas latitudes, que desde Ensenada hasta Matamoros, pasando por Tijuana, Nogales, Piedras Negras, Ciudad Juárez, Reynosa y Progreso, están saturados por los que tienen que ser atendidos en albergues que les han destinado y peor aún, por las condiciones inhumanas e insalubres en que viven miles que se han regado en cinturones de miseria, en las llamadas goteras u orillas de esas ciudades y otros lugares del País… A diario, son miles más los que se aventuran para atravesar el Rio Colorado, el Río Bravo o a brincar las barreras y murallas que sembró Donald Trump, con todos los riesgos de morir ahogados o caer en el desierto y si bien les va, ser detenidos por la temida “Migra”, para ser encerrados o deportados, sin olvidar que algunos muy pocos con mayor suerte, logran luego de ser albergados la posibilidad de un Asilo Humanitario o Político, según la proveniencia y condiciones de vida en su País de origen… A tal grado están tensas las relaciones Mexicano-Estadounidenses por este tema de la migración que Joe Biden tuvo que nombrar a su vicepresidente Kamala Harris para que atienda y resuelva el conflicto, que según podemos advertir parece no tener fin… Extrañamente y por su parte, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador en lugar de buscar el consenso con su homólogo el presidente de EU Joe Biden, ha tocado puertas y busca apoyo, refugio y protección en la Cámara de Representantes y la de Senadores que despachan en el Capitolio, para resolver este problema… Más extraño todavía, es que sobre el particular, poco ha podido hacer el secretario de Relaciones Exteriores de México Marcelo Ebrard por sus mucha ocupación para tratar de resolver el problema de la falta de vacunas para nuestra gente, por lo cual anda tocando puertas ante los gobiernos de Rusia y China… Quien sabe porque cuestiones, López Obrador anunció como puya, advertimiento o amenaza, que va a publicar un libro que escribió (o le escribieron) para resaltar sus buenos tiempos de relaciones con Donal Trump, cuando lo importante ahora son los actuales momentos y los que están por venir, para fortalecer las relaciones EU-México, por tantas cuestiones pendientes como esta de la migración, lo del TLC, las vacunas, las inversiones… ¡Cuantos bandazos y equivocaciones! ¡Hasta mañana que será un día más..!

Por Pablo Rubén Villalobos / pablorubenvillalobosh@hotmail.com

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