Ni modo, repito y ratifico… La naturaleza no tiene palabra de honor… En los últimos 30 años, pero más en estos meses, los meteoros se nos han venido encima y todo parece indicar que la culpa es de los humanos, por ser los destructores del entorno de nuestro planeta… La naturaleza se ha revelado y nos amenaza con sus grandes conflagraciones, tifones, ciclones, huracanes, monzones, vientos negros y la diabólica pandemia del Coronavirus… En todos ellos se reflejan los abusos, descuidos y daños cometidos por los humanos, principalmente los pequeños y grandes potentados de las micro, pequeñas, medianas, grandes y las macroindustrias, junto con todos los hombres y mujeres que tenemos y abusamos por el uso de uno o más vehículos, las calefacciones, la electrificación doméstica, pública e industrial, más las termo e hidroeléctricas, plantas nucleares y atómicas; las máquinas, robots y quien sabe cuánto más inventado, descubierto o adquirido, “dizque” para nuestro bienestar y comodidad… A todo lo anterior debemos agregar los grandes meteoros de la naturaleza que lo son, los tremores, temblores, movimientos telúricos, terremotos, aludes, desgajamientos de montañas, tremores, erupciones y otros más, que con sus funestas destrucciones ocurren… Los grandes incendios o conflagraciones en los últimos años se han multirepetido por todas partes del planeta, pues lo mismo por Australia que África; Europa, Asia o América, lo incontenible de ellos se han tragado y destruido millones de hectáreas vegetales entre selvas, sierras, bosques y pastizales… Para nadie es desconocido, que los eriales dejados son tierras áridas por millones de kilómetros cuadrados, convertidos en nuevos espacios inútiles, por todo el mundo… Por lo que corresponde a las cuestiones del agua, las catástrofes han sido innumerables también por todos los continentes, como consecuencia de lo caliente de los océanos y sus mares, lo cual provoca la destrucción de los glaciares, en el Ártico, el Antártico y en los inmensos espacios que han perdido sus hielos, en cimas, sierras, montañas, cumbres y Cordilleras como Los Andes, Los Alpes Europeos y las impresionantes alturas del Himalaya… Para acabarla de fregar, sin saber ni poder precisar quienes o dónde lo produjeron, de repente se nos apareció el Coronavirus con su contagiadero y muertos por millones de seres humanos… Más todavía, a todo ello se suman los múltiples movimientos telúricos arriba citados, causantes de hechos catastróficos que también han dejado vestigios de muerte y daños por doquiera… Aparte de todo ello, por los miles de hombres y mujeres afectados vivos o muertos, hay que sumar los daños materiales en centenas de ciudades y miles de poblaciones… ¡Frente a ello no hay quien dé la cara por la presunción de responsabilidad o culpa, que todos sabemos por cuanto a las grandes quemazones, diluvios venidos de los océanos y llegados a las tierras con sus inundaciones y ahogamientos, junto con lo de la pandemia por el Covid, en casi todos ellos la malignidad y culpabilidad en distinto grado la tenemos los hombres y mujeres; es decir los seres humanos por lo del terrífico y tristemente célebre Calentamiento Global o Cambio Climático..! ¡Y que conste, aquí nos faltan lo de las armas para las perversas guerras, revoluciones y los del Crimen Organizado..! ¡Ahí se las dejamos! ¡Hasta mañana que será un día más..!

Por: Pablo Rubén Villalobos pablorubenvillalobosh@hotmail.com

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