Durante lustros en su larga lucha por ser presidente de México entre manifestaciones, marchas, mítines, plantones y reclamos, Andrés Manuel López Obrador siempre estuvo en contra de la posibilidad para que los mandatarios en turno, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, sacaran de los cuarteles a los cientos de miles de soldados para incorporarlos a la seguridad pública de los civiles de nuestro País… Los embates de López Obrador y sus huestes por éste y otros motivos fueron aguerridos, agresivos, férreos y retadores…

La negativa en cuestión no permitía a los mandatarios ni a los militares, tener la menor posibilidad de salir a patrullar las calles... Más aún, los militares del Ejército y la Marina que salían a realizar “operativos de presencia” obligados por las condiciones de inseguridad que ya se sufrían en esas etapas sexenales, solamente podían cumplir sin participar y mucho menos agredir o defenderse de los lugareños, en las poblaciones a donde llegaban sólo con los ordenamientos de presenciar los conflictos… 

Por distintos lugares de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y otros estados los elementos militares de la Marina y el Ejército sufrieron agravios, agresiones, amenazas, vejaciones y hasta llegaron a ser golpeados y desarmados por las multitudes que los abucheaban y perseguían… A esos militares se les expuso sin que nadie y ni ellos mismos pudieran hacer nada para protegerse… Las huestes levantiscas azuzadas o amañadas estaban bien aleccionadas, pues sabían cómo provocar para amedrentar y motivar reacciones que las victimizaran para así darles alguna justificación o sustituir como prueba de “la represión” que habían sufrido por parte de los representantes de las milicias del Gobierno de la República en turno… Ahora como Presidente de este País, López Obrador ha vivido, sufrido y aprendió lo que significa la violencia que conlleva a la inseguridad que nos conduce a enfrentar la criminalidad creciente, con todos los desórdenes que padecemos los mexicanos frente a los criminales por la estrategia fallida de su gobierno, por lo cual hastiado tomó la determinación para vincular a la Guardia Nacional con el Ejército en contra de toda disposición constitucional, para sacar a los uniformados federales a cumplir labores de policías a lo largo y ancho de la República Mexicana… Negado a ello por su muy particular actitud, terquedad y expresiones antes de ser el Presidente de México tiene la carga de todas sus declaraciones y hechos que ahora en sus tiempo de Mandatario reconoció que no sabía con precisión lo que es la inseguridad y por ello, dejó entrever que se equivocó y por lo tanto frente a la criminalidad creciente en México por todos los hechos delictivos que sufrimos y sabemos, no sólo cambió su forma de pensar, sino que ya mandó a todos los militares a la calle para convertirlos en policías presuntamente por la Seguridad Pública de los Mexicanos… AMLO al principio respondió a la periodista que lo cuestionó por su cambio de pensar, expresiones y de hechos, sólo dijo que “cambió de opinión”, lo cual equivale a reconocer también que lo reflexionó y se arrepintió, se “hecho para atrás” como dicen los rancheros; se “rajó y reculó”… Por lo pronto, ya los militares están en las calles hasta el 2024 o 2028, si es que lo aprueban los legisladores federales… ¡A ver qué pasa, tanto por el comportamiento de los militares frente a los habitantes, como por la reacción que tengan los vecinos de todas las latitudes nacionales a donde lleguen con sus acciones policiacas...! ¡Esperamos que haya entendimiento y respeto mutuo sin abusos…! ¡Parece que el Ejército y sus jefes están a prueba! ¡Hasta mañana que será un día más!

Por: Pablo Rubén Villalobos / pablorubenvillalobosh@hotmail.com

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