Puyazo: ¡A quinientos años de distancia..! Va de cuento... Cierto día un genízaro, policía, guardia o vigilante, con todo el ánimo de cumplir con su deber encontró a un hombre vestido de traje negro con sombrero del mismo color, orinando o miando que es lo mismo, en algún punto de la Ciudad... De inmediato el ilustre representante de la “Autoridá” procedió a cumplir con su deber exigiendo al Mión que guardara “su cosa” aún escurriendo; lo tomó del saco por la espalda y lo empezó a cuestionar... El Mión de avanzada edad, le explicó que lo que hacía era “una necesidad urgente”; que se llamaba Abraham y que formaba parte de la Colonia Judía... El genízaropolicíaguardiavigilente, de inmediato la emprendió a toletazos contra el pobre Mión que “guardó su cosa” y le dejó empapado el pantalón... Los golpes que en forma tupida recibió, lo dejaron peor que al Mártir de Mártires de todas las épocas de la vida... El “Poli” lo mantuvo sostenido del traje por la espalda y lo llevó directo para presentarlo ante el Juez de Barandilla, quien de inmediato le preguntó al “Cumplido Genízaro” de que se trataba el asunto, sorprendido por el estado físico en que presentó al detenido y también le cuestionó: ¿Qué le había pasado..? El genízaropolicíaguardiavigilante, de inmediato le informó que se estaba miando en la vía pública, que su nombre era Abraham y lo peor ¡qué era judío y que por esto le había puesto la papalina que se merecía..! Sorprendido el Juez repreguntó: “¿Por ser judío..?” “¡Sí Señor -contestó el polizonte- por ser judío..!” Molesto cuestionó el Juez: “¿Y qué tiene que ver que sea judío..?” Admirado el policía le preguntó al Juez: “¿Cómo, su Señoría, que no sabe Usted que los judíos mataron a Cristo..?” Irritado contestó el Juez: “¡Claro que lo sé, pero eso hace más de dos mil años..!” Sorprendido el genízaropolicíaguardiavigilante refirió: “¡Ay Señor Juez, eso apenas lo supe hoy en la mañana..!” Cómo se ve, algunos apenas saben o conocen los acontecimientos... Nuestro ilustre Presidente de la República recientemente sacó a la palestra con todo valor, su ánimo, de demanda con exigencia de reclamo a la Monarquía de España, para que ofrezca disculpas por los daños, destrucción, sacrificios, mortandad, saqueos y quién sabe cuánto más por el estilo, que hicieron los conquistadores encabezados por Hernán Corté s con todas sus caudas, huestes u hordas, mismas que se mantuvieron en secuencia a lo largo de los lustros hasta sembrar en estás nuestras tierras los llamados Tiempos de la Colonia, hace más de quinientos años... La respuesta del Rey de España no se hizo esperar, pues simplemente dijo: ¡No..! Esperamos que lo anterior no tenga nada que ver con el viejo chascarrillo de esta columeja, y que el asunto de reclamo-petición presidencial no sea sólo un distractor o una “cortina de humo”, y que mejor eso de la tal disculpa quedé olvidado, pues en nuestro País, decenas de millones de mexicanos somos mestizos, con sangre española y a lo largo de los siglos y más en los últimos tiempos después de Lázaro Cárdenas, a México han llegado cientos de miles de españoles que aquí se han asentado, para invertir cada quien en su espacio, su tiempo, trabajo, saberes, talento, cultura, patrimonio y familias mexicanas... Cuidado, mucho cuidado no se vale despertar resabios para alentar violencias, vendettas o venganzas... ¡Ahí lo dejamos, Señor Presidente, en ánimo de que esto no haya sido un preámbulo para la obra editorial conyugal..! Por cuánto al Papa Francisco, él sabrá que hacer por lo que corresponde a las múltiples congregaciones religiosas de aquellos tiempos, tanto de ellas y ellos los monasteriales, así como de los conventuales, quienes también aquí como en todas las tierras conquistadas de todo el Mundo en todas los tiempos, compartieron con la cruz y el rosario, en mano todos los daños que ya citamos, para gozar del botín repartido entre los hombros de la espada y el arcaluz, con ellos como portadores de la cruz, la oración, la evangelización y catequización, en pos del sometimiento que le dejó a la Iglesia Católica, a sus prelados de aquí y de allá, inmensas fortunas y edificaciones con todo lo que ahí se guarda mucho de lo cual al paso del tiempo también les fue saqueado… ¡Insisto, “pa’ que jalarle la cola al tigre” de los criollos, los mestizos, los autóctonos y los creyentes sometidos!  ¡Hasta mañana que será un día más..!

CARTA ABIERTA
Por: Pablo Rubén Villalobos
opinion@diariodemorelos.com

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