Mediático como es “su fuerte”, Javier Sicilia no ha podido usar a Manuel López Obrador.

Semanas atrás presionó en los medios “exigiendo” ser recibido en Palacio Nacional, pero se estrelló en la firmeza y la popularidad del Presidente.

Luego “se colgó” de la fama del activista Julián LeBarón, a quien no podrá acompañar en la marcha de Cuernavaca al Zócalo de la Ciudad de México.

Considerada por AMLO un “show una nueva reunión, sería además innecesaria porque con LeBarón ya se ha encontrado recientemente hasta en dos ocasiones.

La presencia en Cuernavaca del activista mexicano-estadounidense será inevitablemente mediática; los reclamos por la violencia del crimen organizado jalarán los reflectores de la prensa nacional.

De hecho, “la fiesta” ya comenzó “en chiquito”, concentrado la mañana de ayer en la Plaza de Armas de Cuernavaca un grupo pequeño de la asociación cívica morelense Gustavo Alejandro Salgado Delgado para manifestarse contra la inseguridad.

Pero las protestas continuarán lo que resta de la semana.

Encabezado por Rafael Cepeda Aguilar, el colectivo Ciudadanos por la Paz anunció que se sumará a la Caminata por la Verdad, Justicia y la Paz convocada por los hermanos Julián y Adrián LeBarón.

El contingente arrancará mañana jueves a las 9:00 horas en la glorieta de la Paloma de la Paz a la zona de La Pera, sobre la autopista México-Cuernavaca, donde por la tarde abordarán autobuses que los llevarán al antiguo mirador.

Seguirán hasta el poblado de Coajomulco y por ahí de las 18:00 horas estarán regresando a Ocotepec para pernoctar en el Seminario Mayor Conciliar.

(Tienen el apoyo espiritual del obispo Ramón Castro, pero no físico pues, dócil al gobierno, no marchará con ellos).

Programada para las 9:00 del viernes la salida a Tres Marías, caminarán hasta el último retorno de la autopista con dirección a CDMX, y a pie de la caseta de Tlalpan hasta la comunidad de San Pedro de la misma delegación.

 El sábado 25 de enero, a la Estela de la Luz para un acto cultural, y el domingo 26 la marcha sobre las avenidas Reforma, Juárez, el Eje Central y la calle 5 de Mayo hasta llegar al Zócalo donde esperan recibidos por el gabinete de seguridad federal...  y coincidir con la muchedumbre que atraerá la popularidad de LeBarón… LA rebelión de transportistas explica los anuncios para el evento de ayer en la capital y el “round” de violencia en Cuautla, el mediodía del lunes.

 Los hechos: Uno, elementos de la Secretaría de Movilidad y Transporte detienen tres unidades de las rutas 5 y 15 que no cuentan con permisos ni concesiones.

 Las suben a las grúas, pero poco tardan en juntarse varias docenas de ruteros que instalan un tapón que bloquea la avenida Ejercito Libertador y la calle Centinela a la altura del semáforo del Seguro Social.

 Dos: retienen al personal de la SMyT y las grúas, discuten durante tres horas, vociferan, amenazan hasta lograr que les liberen los vehículos y les regresen los permisos.

 Y tres: la historia que ya hemos contado: Lejos quedaron aquellos días en que la primera generación de ruteros estaba a partir un piñón con la autoridad.

 Las combis y los microbuses “ruteros” no había nacido cuando el entonces gobernador Lauro Ortega Martínez creó el sistema de transporte colectivo al que rápidamente los usuarios bautizaron como “rutas”.

 Pocos años después de la fundación de los comités populares de transporte en pueblos del interior del estado, fueron sorteadas unas setecientas concesiones a choferes y permisionarios de taxis por medio de una rifa efectuada en 1987 en el entonces Cine Ocampo y posteriormente llamado Teatro de la Ciudad.

 Fue cuando los flamantes “ruteros” comenzaron a trabajar en combis y coches sedán, viejos los más pero bien recibidos por los usuarios pues, no obstante incómodos, los desplazamientos resultaron más rápidos que en aquellos camiones trompudos de las líneas que operaban en Cuernavaca conocidos como Urbanos, Chapultepec (“chapulines”) y Emiliano Zapata (“chocolates”, les llamaban a éstos los usuarios por estar pintados de ese tono); Ometochtli, de Tepoztlán, Circunvalación Zacatepec, de la zona cañera, y otras cuantas empresas más en el resto del estado.

 Pero al igual que hoy, la mayoría de las “rutas” no estaba en condiciones óptimas de seguridad y comodidad, sacadas de circulación las carcachas sólo cuando amenazan romperse por viejas y dadas las típicas manitas de gato a las que todavía aguantan, pintándolas “para despistar al enemigo… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

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