En esta esquina, el semáforo rojo por la pandemia del Coronavirus, y en esta otra, el apremio económico.

 Obligada la convivencia, no hay opciones para escoger, sólo la insistencia de los cuidados que resume la sana distancia.

 Y la prohibición de reuniones masivas de personas en espacios públicos o privados que sin embargo han venido sucediendo, aunque en menor número que durante las primeras semanas del confinamiento.

 Caso del Día del Padre, agrupadas las familias en convivios familiares con pocas o muchas personas pero de cualquier manera con el riesgo del contagio.

 Anunciado para ayer por el alcalde Antonio Villalobos, el reinicio de actividades económicas será por solamente tres semanas, a manera de prueba según evolucione la epidemia.

 No hay un censo de los negocios que están en el borde del precipicio de la quiebra o que ya quebraron, pero son muchos, muchísimos como nunca había pasado en nuestra ciudad.

 Pláticas de “radio calle” refieren nombres y sitios de negocios que ya cerraron y no volverán a abrir, locales pequeños, medianos y grandes de una amplia gama de giros que no sobrevivieron.

 Colocado en una situación histórica que alcalde alguno de la capital morelense había debido enfrentar, la de Villalobos ha sido una decisión difícil de tomar.

 Pero el problema no ha terminado aún, estamos a mitad del río, la otra orilla está lejos todavía… UN suceso hace recordar otro.

 Los hechos son reales, pero los nombres han sido cambiados u omitidos por respeto a los involucrados.

 Ocurrió una mañana de septiembre de 1991.

 El cadáver fue hallado por un campesino en una planicie próxima al pueblo de Tres Marías.

 Estaba envuelto en una cortina, con solamente una prenda íntima de color negro; le faltaban la cabeza y las manos.

 Trasladado al anfiteatro de la delegación Tlalpan del entonces Distrito Federal, el cuerpo fue identificado por dos damas que eran médicas de un hospital de Cuernavaca.

 Desde el inicio de la investigación, un cúmulo de evidencias apuntó a Juan, el esposo de la decapitada: el cuerpo no sólo estaba envuelto en una cortina, sino además tendido sobre dos costales de alimentos de cierta marca para aves de corral.

 Juan había rentado una casa en las proximidades de la colonia Alta Vista, donde en el curso de su investigación el comandante de la Policía Judicial, Alberto Quinto, encontró varios costales exactamente iguales a los que usó el homicida para tender el cadáver en el césped del campo donde fue encontrado.

 Juan se había casado con Jesusita en septiembre de 1983, pero años más tarde la discusión por una pensión alimenticia que ella exigió desató un conflicto económico.

 Juan declaró ante el Ministerio Público que la noche anterior al hallazgo del cadáver había estado en una “fiesta mexicana”, desde las tres de la tarde hasta ya entrada la noche.

 Pero su nueva novia lo desmintió, diciendo que él se había retirado al filo de las seis de la tarde.

 La mañana del mismo día, Jesusita le comentó a su mamá que acudiría a una cita con Juan, en la casa del rumbo del campo de beisbol, “para arreglar el asunto de la pensión”, y una testigo declaró que la tarde de ese día vio a Jesusita cuando abordaba el coche de Juan en otro sitio de la ciudad.

 En más de una ocasión el sospechoso fue llamado a declarar en la Procuraduría General de Justicia; lo hizo amparado, jamás fue procesado… Las notas que se han publicado coinciden: no fue un caso de feminicidio sino un suicidio el de la doctora que luego de diez días de haber desaparecido fue localizada sin vida la tarde del jueves en un costado de la carretera federal México-Cuernavaca, a la altura del poblado de Tres Marías.

 Pobrecita...

El nombramiento de Rabindranath Salazar como subsecretario de Gobernación hizo que los antilovers de Tabachines corrieran a la farmacia para surtirse de Vitacilina… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp