Contaminado su suelo y aire como en pocas ciudades del planeta, fue hasta que el Congreso de la Ciudad de México aprobó reformas a la Ley de Residuos Sólidos para prohibir el uso, comercialización, distribución y entrega de artículos de plástico desechables  –popotes, bolsas, cubiertos, globos, cápsulas de café, platos e incluso aplicadores para tampones– que en Morelos fue perfilada una disposición semejante, la semana pasada. Presentadas por varios diputados propuestas de iniciativas para modificar la Ley del Equilibrio Ecológico y Ley de Residuos Sólidos de esta entidad, de lo que hablamos es de un gravísimo problema de contaminación global. Un tema, el del envenamiento del medio ambiente, en el que ha sido insistente el columnista, para el caso del plástico desde la entrega del 26 de abril de 2015, comentado así: También llamado “séptimo continente”, se encuentra en medio del Océano Pacífico. Se trata de una isla de tamaño incalculable formada por cepillos de dientes, zapatos, llantas, ropa y toda clase de desperdicios plásticos. Aunque han pasado 18 años desde su descubrimiento, todavía no hay una solución para retirar estos residuos y parar el severo impacto al medio ambiente marino. “El séptimo continente” fue descubierto por Charles Moore el 13 de agosto de 1997. Navegaba en su velero desde Hawaii hasta California cuando, al desviarse de la ruta planeada, encontró flotando en el agua una hilera de botellas de plástico, envases, ropa, bolsas de basura, entre otros muchos materiales que integran una “isla de basura” de dimensiones incalculables. El reporte técnico o explicación sobre el motivo de la acumulación de tal vertedero en medio del Océano Pacífico, es la confluencia en ese punto de la corriente en el vórtice del Pacífico Norte con los vientos Alisios del sur que se mueven en direcciones opuestas. Esto da lugar a un remolino que impide que los desechos plásticos se dispersen hacia las costas. En cuanto a la procedencia de estos residuos, el 80 por ciento de la basura acumulada en ese punto proviene de zonas terrestres llegadas a través de ríos, aguas residuales y playas. Es decir, provenientes de nuestros botes de basura, de los contenedores públicos, de las bolsas de plástico llenas de basura dejadas en las calles. El 20% restante está asociado a barcos y a otras plataformas marítimas. Hay bastante controversia respecto a su tamaño. Mientras la National Weather Service Marine Forecasts (NOAA) asegura que no es posible realizar un cálculo aproximado del tamaño y la masa de la isla porque sus límites no están determinados, Greenpeace confirma que su longitud es mayor que la del territorio del estado de Chihuahua, el más grande de México. Por su parte, el Centro Nacional de Estudios Espaciales Francés (CNES) asevera que mide 22 mil 200 kilómetros de circunferencia y su superficie asciende a 3,4 millones de kilómetros cuadrados. Debates aparte, en lo que sí coinciden es en la concentración de polímetros de plástico, siendo hasta siete veces superior a la concentración de plancton. La isla no es visible mediante fotografías por satélite, ya que la gran parte de los residuos no está flotando en la superficie, sino se encuentran en forma de partículas suspendidas en la columna de agua, lo que ha llevado a muchos investigadores a compararlo con una “sopa de basura”. El principal inconveniente de la mancha del Pacífico no es su antiestética presencia, sino el impacto que genera sobre el medio natural marino, verdadera “víctima” de la mala digestión de nuestros residuos. Los plásticos, al ser fotodegradables, se descomponen por la luz solar en polímetros más pequeños hasta el punto de formar toxinas. Éstas son partículas tan pequeñas que pueden llegar a alcanzar el tamaño del plancton y, al ser ingeridas por peces, es una vía de entrada de los residuos de basura en la cadena alimentaria. Resultado: miles de aves y mamíferos marinos mueren cada año por la ingesta de estas partículas o atrapados entre los plásticos. El descubrimiento de este “séptimo continente” no es un hecho aislado. Se han observado concentraciones similares de plásticos en zonas como la costa sur de Japón o en el área norte de Hawaii. Esto hace pensar que pueden existir más áreas donde las condiciones del viento y de las corrientes marinas favorezcan la acumulación de plásticos… EN Jiutepec, es notable el entusiasmo de jóvenes deportistas por competir en box y artes marciales de origen chino, a partir del 17 de este mes, para ganarse un lugar en la delegación municipal, comprometido el respaldo del alcalde Rafael Reyes Reyes a los chavos que resulten seleccionados para integrar el equipo estatal que contendrá en los Juegos Nacionales Populares de 2019. Les dijo Reyes: “Pocas cosas hay como el deporte para alejar a la juventud de las drogas”. Pues sí… (Me leen mañana).

José Manuel Pérez Durán
jmperezduran@hotmail.com

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