No es posible pero en ciertos casos no debería existir eso del “proceso debido”. Al asesino que es pillado con la pistola todavía humeante o al ladrón sorprendido con las manos en el botín se les debe considerar “presuntos”. Nada de llamarles por lo que han demostrado ser, delincuerntes, porque entonces se viola el “debido proceso” y “el presunto” puede quedar en libertad. ¿Dónde queda, pues, eso de la flagrancia? Los policías deben actuar con guante blanco, educados, gentiles lo mismo ante sospechosos con suficientes elementos de presunción de culpabilidad que frente a delincuentes consumados. Decirles: “señor presunto violador, homicida, extorsionador, defraudador, ratero o lo que sea el caso, ¿se dignará usted acompañarnos?”. Ciertamente la policía suele cometer abusos, pero nadie piensa en las víctimas de violación, de homicidios, de secuestros. Para los delincuentes hay procesos debidos y derechos humanos. ¿Y para las víctimas?  Actualmente acéfala la Comisión de Derechos Humanos de Morelos (CDHM), la discusión es por quién de los o las aspirantes ocupará la presidencia. Vista desde los noventa, cuando fue creada, como una “chamba” y trampolín político, entre otros, desde la conducción del organismo falsamente ciudadanizado brincaron a posiciones políticas el ex diputado Francisco Coronato Rodríguez y el ex alcalde de Cuautla, Sergio Valdespín Pérez. Hoy, pretendiente frustrado a ser reelecto por los diputados del Congreso Estatal, a Jorge Arturo Olivares Brito posiblemente los propios legisladores lo consideraron un mero chambista. ¿Y los demás? ¿Alguno de las y los legisladores ha considerado una iniciativa de ley para que la presidencia de la CDHM sea un cargo honorario, sin salario y prepuesto solamente para lo esencial? Veríamos que los chambistas desaparecerían como por arte de magia… FOCOS rojos: Cuernavaca, ciudad tan bella como la que más pero no gracias a su infraestructura urbana, en este sentido rezagada la nuestra de las demás capitales de estados. En la isla de la anarquía, para combatirla a fondo no ha habido una propuesta que de las palabras haya pasado realmente a los hechos. Los gobiernos priístas y panistas escurrieron el bulto e igual hizo el régimen perredista... En Morelos cada quien construye como puede o quiere, pasándose la ley por donde el lector sabe. Si la obra es detectada, basta con sobornar a los jefes o los inspectores de Obras Públicas, del Instituto Mexicano del Seguro Social y a los sindicatos de albañiles... Ruteros y taxistas violan cotidianamente el reglamento de tránsito. Paran donde quieren a dejar o levantar pasaje, invaden carriles, juegan “carreritas”, conducen carcachas que los últimos seis años no pasaron la revista mecánica, contaminan pueblos y ciudades sin que autoridad alguna los meta al orden… Para el funcionamiento de los estacionamientos públicos estuvo vigente un reglamento municipal durante casi tres décadas, desde que en los inicios de los noventa fue promulgado por el Ayuntamiento que presidió Luis Flores Ruiz. Vigente pero muerto, pues nadie lo respetó, señalaba tarifas de acuerdo a la calidad del establecimiento, instalaciones adecuadas como área de espera, “cajones” balizados, sanitarios para mujeres y hombres, choferes capacitados y uniformados, puertas de acceso y salida. Pero si excepto un par cumplió estas condiciones, el resto vino operando en el desorden,  aplicaron tarifas según la voracidad de sus dueños y de ahí la campaña de regularización que por estos días realizan inspectores de la Dirección de Uso de Suelo de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas de la Comuna. El uso del suelo como el quid de la proliferación de estacionamientos públicos sin licencia de funcionamiento... La gente de Cuernavaca tiene hoy día menos agua que no hace muchos años, y esta es otra de las consecuencias funestas de la desforestación. Dos terceras partes del agua que consumimos los mexicanos provienen de los bosques y las selvas. Pero la desaparición de esos ecosistemas agrava la escasez del vital líquido e incrementa la erosión del suelo por efectos del viento y la lluvia que propician deslaves de tierra e inundaciones en las partes bajas... La pérdida del hábitat ocasionado por la desforestación es la principal causa de la extinción de especies, puesto que los bosques y las selvas son los ecosistemas terrestres más diversos. Este hecho se agrava en México que, al ser uno de los países con mayor diversidad biológica pues alberga 10 de cada 100 especies conocidas, en la actualidad más de dos mil especies de plantas, hongos, mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces que representan el 4.5 por ciento de todas las especies conocidas en México se encuentran en peligro real de desaparecer… (Me leen mañana).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

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