La de la mina de oro de Temixco o la crónica de un fracaso anunciado. La empresa canadiense, que por años amagó con explotarla, por fin aventó el arpa. Dicho con todo respeto, sus ejecutivos se fueron como la chacha, por la puerta de atrás. Recién trascendió que nos cien empleados de confianza fueron liquidados, que ejecutivos nacionales y extranjeros agarraron sus tiliches y se marcharon. Pero a los comuneros del municipio vecino a Cuernavaca que les rentaron su tierra a los canadienses ni las gracias les dieron.

La suerte de la minera del Canadá fue sellada en mayo pasado. Aprobadas por el Senado varias reformas a la nueva Ley Minera, escribí entonces que tienen que ver con el Estado de Morelos y particularmente con la mina de Tetlama concesionada a una empresa canadiense. La nueva disposición acortó los plazos de las concesiones, que eran prácticamente vitalicias, les restó valor y demolió la especulación de las minas inactivas, como es el caso de las concesiones en territorio de Temixco.

Por años, la compañía canadiense amagó con iniciar la explotación de su mina de oro en Temixco. Publicados el 2 de febrero en www.adninforma.com, los siguientes datos confirmaron parte del problema. Señaló que de acuerdo con la Asociación de Consultoría Ambiental Geoinnova, la minería a cielo abierto es una industria que genera inmensos impactos ambientales, visuales, humanos y culturales. Sin embargo, nadie había podido parar el reinicio de trabajos de la mina de Tetlama ubicada en Temixco. Fue en 2009 cuando el gobierno federal dio la concesión a la empresa canadiense Esperanza Silver el uso de un territorio equivalente a 695 hectáreas con un consumo de agua anual de 760 metros cúbicos de recursos subterráneos, un territorio equivalente al Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México. Ambientalistas, especialistas en el tema e incluso las autoridades señalaron las consecuencias que tendrían el ambiente y las personas que viven en Temixco, Miacatlán y Xochitepec, si operase esta mina en los cerros El Jumil y Colotepec. La arqueóloga Silvia Garza Tarazona, del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia Morelos, advirtió que este proyecto afectaría gravemente la zona arqueológica de Xochicalco, patrimonio cultural de la humanidad, ya que el uso de explosivos para demolición del suelo pone en riesgo los túneles prehispánicos e incluso el descubrimiento de nuevos hallazgos. En 2013, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales negó la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental a la empresa canadiense Esperanza Silver de México, SA de CV., que calculó 36% de la disponibilidad media del acuífero, cuando el cálculo correcto es de 51.4% de la disponibilidad existente. El 29 de mayo del 2013, expertos coincidieron en que la mina a tajo abierto traería contaminación del aire, tierra y agua debido a la utilización de cianuro y metales pesados altamente tóxicos en el proceso de extracción de oro, afectando a más de 560 mil habitantes…

En julio de 2019, el columnista comentó que la entonces presidenta municipal de Temixco, Jazmín Solano López, advirtió que la empresa Esperanza Silver “pretende reactivar el proyecto minero para explotar el cerro de El Jumil”. La alcaldesa aseguró que hacía un mes la compañía de origen canadiense había presentado en su oficina el proyecto de explotación minera a cielo abierto, con el fin de extraer oro y plata en un predio de más de 15 mil hectáreas. Insistente, el columnista ya había subrayado los daños causados por la extracción y beneficio del oro y plata, sin que de las multimillonarias utilidades que obtienen las mineras extranjeras destinen un peso a la prevención y remediación de las catástrofes que provocan, y mucho menos para indemnizar a los trabajadores mineros y a sus familias por las intoxicaciones con cianuro de sodio que usan para la depuración del oro y mercurio para la plata, causantes de cáncer, enfisema, inflamación de la tiroides, infecciones de la piel, entre otras…

Entonces pregunté: ¿murió el proyecto de la mina canadiense en Temixco o sólo agoniza? Hoy se puede decir sin temor a equivocarse: murió la mina, y esto es bueno para el estado de Morelos… (Me leen mañana).

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