La pandemia por el COVID-19 y la falta de claridad en la política pública aniquiló este año a la industria de la vivienda social del Estado, indicó Armando Núñez Iragorri, secretario de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), delegación Morelos. 
Señaló que actualmente la oferta de vivienda social es de escasas 600 unidades, dispersas en diferentes proyectos en los municipios. 
Esto contribuyó a aumentar de manera dramática el déficit que la entidad ya arrastraba en oferta de casas de interés social para la clase trabajadora, al duplicarse de unas 10 mil, a casi 20 mil. 
“Hay mucha demanda, pero no hay oferta, porque tampoco hay inversión”, dijo.
Indicó que, ante la falta de oportunidades para la inversión en el sector, las grandes empresas constructoras del ramo optaron por abandonar el Estado y buscar opciones de negocio en otros estados, como Querétaro y Aguascalientes. 
Del padrón de firmas dedicadas a los desarrollos inmobiliarios, solo quedan dos de pequeño capital. 
Añadió que, debido a la emergencia sanitaria, el gobierno del Estado cerró la ventanilla para realizar trámites relacionados al sector, entre permisos y licencias. 
Sin embargo, dijo que la debacle del sector se gestó desde la administración de Marco Adame Castillo y continuó con la de Graco Ramírez.

Por Antonieta Sánchez  / antonieta.sanchez@diariodemorelos.com 

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