52 años han pasado desde aquél 27 de Octubre de 1964, fecha en que el presidente de la República inauguró el mayor centro de abasto en el Estado de Morelos que llevaría su nombre: Adolfo López Mateos. Lejanos, pero los recuerdos siguen patentes en la mente de Los Pioneros, los que llegaron al mercado desde el primer día de su inauguración. Imborrables las reminiscencias de Jovita Díaz Flores comerciante en abarrotes, quien narra la antigua existencia de las medidas para despachar la semillas: chavito, cuartillo o decalitro que se traduce en medio cuartillo, un cuartillo y diez cuartillos, cuadros de madera tallada que remplazaban a la báscula; para suplir estas medidas hoy se utuilizan hasta viejas latas de sardina.

O los azhares del destino, Juanito vendía taquitos de res en el antiguo mercado municipal desde hace 60 años y frente a su puesto se encontraba el de don Agapito quien vendía abarrotes. Se hizo un sorteo para la otorgación de los nuevos locales y nuevamente quedaron frente a frente. Hoy Don Agapito pasó a mejor vida y don Juanito está en el pimer pasillo ofreciendo sus famosos taquitos de cabeza, trompa, chachete y ojo. Dicen sus compañeros que este pasillo se debiera llamar el Pasillo de Don Juanito.

Viejas frases de nuestros abuelos, como aquella de los perros se amarraban con longaniza se crearon debido a la bonanza de los mercaderes: No había supermercados, casi toda la gente acudía a la calle de Clavijero donde los comerciantes se tendían en el suelo, y a todos nos iba muy bien económicamente, se le conocía a la calle como el callejón de ´Los Teporochos', dice don Benigno Nava propietario de la cremería 'La Granja', los comerciantes poníamos una charola de nopalitos con queso, jamón o salchicha y se le ofrecía a todo aquél que pasara, comprara o no. Aquí llegaban a taquear las esposas de los alcaldes o gobernadores de tiempos atrás de la época del señor Riva Palacio y poco después.

Platicar con Rosita, tendida en el pasillo de los pollos, con Felicitas, Petrita o don Lázaro creador de las nieves más exquisitas del Estado, es una maravilla, sus bocas solamente expulsan excelsas frases y felices recuerdos. Si, por supuesto que ha habido maltrato y desprecio por los mayores, por nosotros que somos los pioneros de este mercado, pero eso preferimos olvidarlo, dice Lázaro García Barragán, el hombre de las nieves.

Es asombroso ver como los herederos aparecen, 3 generaciones ya se dejan ver, por ejemplo la de la señora Leonila Mena quien trabaja vendiendo chicharrón al lado de sus bellas hija y nieta; o la señora Lucina que ofrece su pollo fresco desde hace precisamente 50 años, o bien el señor Benigno en su cremería La Granja. Todos ellos son el baluarte, el pilar de este tradicional y legendario mercado.

Redacción Diario de Morelos

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