CUERNAVACA, MORELOS.- La paz social que México tuvo durante el periodo posrevolucionario se debió a la Reforma Agraria que impulsó el Caudillo del Sur con su Plan de Ayala, afirmó el historiador Enrique Semo Calev, en el Coloquio “Emiliano Zapata, a cien años de su muerte”, organizado por los gobiernos federal y estatal, como parte de la agenda de actividades con las que se le recuerda.

El investigador social indicó que Emiliano Zapata cosechó, tras su muerte, las reformas –chicas y grandes- por las que se enfrentó al sistema político de la época y a otros líderes de la Revolución como Madero, Carranza, Calles y Obregón, de quienes se diferenció ampliamente.

A diferencia de estos, el objetivo del Caudillo no fue conseguir el poder por el poder, sino imponer el cumplimiento de sus demandas, las cuales, a la fecha, siguen siendo los preceptos de los campesinos y los obreros, no sólo de México, sino del mundo.

En el largo plazo, el zapatismo vio el cumplimiento de la reforma agraria que planteó en el Plan de Ayala y que los nuevos gobernantes tuvieron que aceptar para poder gobernar en paz.

A eso se debió que en México, a diferencia de lo que ocurrió en otras naciones de América Latina durante el siglo XX, hubo paz social, sin más golpes de Estado, ni revueltas, indicó el académico.

“La figura de Zapata no es aislada; el movimiento agrarista mexicano, es a la vez un ideario y una lucha secular del siglo XIX, con grandes exponentes en el pensamiento e importantes líderes en acción, que sigue vigente”, manifestó.

Enrique Semo, Paul Hart y Ricardo Pérez Monfort participaron en la primera mesa del coloquio, en la Sala Ponce del Jardín Borda, con el tema “El zapatismo y la Revolución Mexicana”.

ANTONIETA SÁNCHEZ
antonieta.sanchez@diariodemorelos.com

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